¿Por qué gran parte de los argentinos nos mostramos sorprendidos o incluso indignados o defraudados con los presidentes que hemo s llevado al gobierno con nuestro voto, a poco de que empiezan a ejercer su cargo? La sorpresa sería comprensible si alguno de e llos hubiese sido un recién llegado a la política; pero, en todos los casos tras el retorno de la democracia en la Argentina, los candidatos ganadores y sus principales contendientes traían al momento de postularse no menos de veinte años de trayectoria cono cida. Como bien señala en su prólogo Jorge Fernández Díaz: Romina Manguel pone, con este libro periodístico, el dedo en la llaga. El título lo dice todo: Yo te avisé. Para desnudar este falso mecanismo de continuas sorpresas y decepciones autoindulgentes, gra cias al que los argentinos expiamos nuestros pecados haciéndonos los desentendidos con nuestras propias responsabilidades, Manguel nos dice: quienes nos gobernaron y gobiernan ya eran todo lo que fueron, lo que iban a realizar ya lo habían realizado, todos sus defectos y perversiones estaban inscriptos en sus genomas públicos. Sólo que los argentinos apartamos la vista y preferimos el du lce narcótico de la ignorancia. [...] La autora nos recuerda que cuando hay continuos y persistentes cortocircuitos el problema no está en la caja de los tapones sino en la instalación completa. Una verdad lacerante y necesaria para asumirnos, para abandonar e l círculo vicioso de la adhesión y la repulsión, para terminar con las políticas pendulares y para intentar edificar, por fin, un país articulado y una democracia real.