El 1 de octubre de 1958 se puso en marcha la primera agencia espacial civil del mundo como respuesta de emergencia al lanzamiento del Sputnik por parte de la Unión Soviética un año antes. En una década, la National Aeronautics and Space Administration, universalmente conocida como NASA, pasó de estar integrada por unos modestos equipos de investigación que experimentaban con pequeños cohetes adaptados a convertirse en una de las empresas tecnológicas y de gestión más grandes de la historia, capaz de llevar personas a la Luna a bordo de cohetes gigantescos y de enviar robots exploradores a Venus, Marte y mundos mucho más lejanos.