El concepto de revolución es parte esencial del itinerario político moderno. Luego de rastrear sus antecedentes en la Edad clásica y en la Edad media, este volumen reconstruye su historia a partir del giro inaugurado por Maquiavelo. Los puntos nodales, representados por la revolución ingleas del siglo XVII y las revolcuiones norteamericana y francesa del siglo siguiente, son considerados dentro del esfuerzo constante por ir más allá de la constitución moderna del poder polítio y de su sujeto. A partir del siglo XIX, mientras se convierte en un objetivo a alcanzar o a combatir de cualquier modo, la revolución invierte el orden de la sociedad, haciendo de ella el lugar privilegiado donde ocurre el choque sobre las formas que puede asumir en el futuro. Luego de las transformaciones políticas e institucionales que han recorrido el siglo XX, dentro y fuera de Occidente (en las rebeliones de los movimientos, en la crítica feminista), con renovadas formas, la revolución continúa constituyendo un eje de la política.