La luz es incuestionablemente un elemento central en la obra de Tolkien. Sin embargo, su estudio e interpretación han recibido una atención muy irregular.Son incontables las indagaciones que han elaborado una lectura alegórica de la misma, guiadas por la idea de que la luz es una imagen del bien que se opone a una oscuridad que es imagen del mal. Tal vez como consecuencia de creer así resuelto y bien circunscrito el papel de la luz, ha quedado desatendida su dimensión mitológica, lo que es intrínseco a los relatos sin apoyarse en otra fuente de significación que su propia coherencia interna. Con ello, se ha descuidado la reflexión sobre el auténtico alcance y profundidad del mundo lumínico de la obra.Este estudio tiene como propósito enmendar esta carencia. Apoyándose en la consistencia interna del conjunto del legendarium, cuyos relatos son abordados en tanto que mitológicos, acomete un análisis minucioso del desarrollo de ese aspecto de la cosmología de Arda que es «lo luminoso» y que aparece encarnado en una multitud de realidades maravillosas.