Un libro tan profundamente poético como profundamente lúdico: aforismos, coplas, sonetos, décimas, milongas, epitafios y proverbios son algunas de las formas poéticas que el autor elige para cantar, contar y jugar. En su voz resuenan, como sus otras voces, las de Lorca, Quevedo, Tuñón, Borges o María Elena Walsh.