#Variaciones sobre monsieur Le Diable#, se titula uno de los capítulos de este libro conmovedor, en el que Aurora Venturini se para con firmeza en el delgado límite entre el sueño y la vigilia, entre la locura y la razón, o mejor, entre la vida y la muerte, para relatar aquellos instantes abismales de su extraordinaria existencia en los que sintió que su hora para irse de este mundo había llegado. Y sin embargo, luchando, con las palabras como arma principal, aquí está, con 90 años, demostrando por qué su escritura (lo que es igual a decir su vida) puede enfrentarse con monsieur Le Diable y ganarle la partida. Tinte rojo rabioso irradiaba avasallante. Algo muy caliente me puso en la parrilla que ardía de sus barrotes de hierro llagando mi espalda, y dos hembras avivaban carbones con tizones rudos, muy afilados. Ellas despeinaban cabelleras ígneas. Delgadísimas, semejaban lagartijas de pesadilla y gritaban mi nombre cuando aseguraban triunfadoras: Ya estás muerta. Así gritaban, despiadadas, malignas, feas. Afirmaban con endiablada gritería:Hace horas que estás muerta. Sumando a la grave situación espantosa, afirmaban:Hace horas que estás muerta. Yo, a cada minuto, rebatía: No estoy muerta. Ellas:Hace ocho horas que estás muerta. Yo:No estoy muerta.