Las repeticiones contiene la mayor parte de los relatos inéditos que Silvina Ocampo no llegó a publicar a lo largo de su vida y que constituyen una muestra más de su inigualable maestría de narradora. Se trata de un deslumbrante conjunto de cuentos escritos en un arco cronológico que se inicia a fines de los años treinta y culmina en los años ochenta, con toda la amplitud de registros y recursos que su autora supo dominar. A ellos se agregan dos novelas cortas El vidente y Lo mejor de la familia que trazan, como en un juego de espejos contrapuestos, destinos signados por la ambigua posesión de un don. Todos estos relatos abordan las fecundas obsesiones de Silvina Ocampo, siempre enigmáticas, inquietantes: el misterio de casas y jardines, el enigma fatal o redentor de una voz; las crueldades y los artificios de la infancia; la predestinación de un nombre; los amores fantasmales. Pero también la verbosidad de algunos personajes o su mutismo, el asedio del miedo, la convivencia del encanto y la repulsión, la edad, los animales y las palabras perseguidas. Sobornando los límites entre lo cotidiano y lo excepcional (la magia imperceptible de cada día), Silvina Ocampo concilia la belleza con la fealdad, el coraje con el desprecio, la fidelidad con la traición. En busca incesante de nuevas formas para el cuento, ejercita una atención tocada por la gracia. La singularidad de sus diálogos, la matriz poética de sus narraciones y las raras correspondencias que establecen los seres y las cosas la incitan a introducir en escena presencias y creencias, prohibiciones y conversiones de las que ningún lector escapa a salvo. Con una clarividencia que trasciende la idea de lo verosímil y una libertad narrativa que le permite decir todo lo que quiere decir, en Silvina Ocampo la palabra inspiración recobra su sentido, su impulso original.