Este texto nos muestra la necesidad de asumir el propio mundo emocional como el primer paso en la ida hacia la madurez psicológica. De la vivencia interna de parálisis emocional y malestar vivencial profundo, se sale asumiendo los diferentes y dispares focos emocionales que conforman los núcleos vivenciales internos. La asunción de las propias emociones otorga una vivencia de bienestar y flujo psicológico continuo que posibilita el crecimiento energético de la propia persona. Para el incremento de esta energía es necesario contar con el apoyo práctico de determinadas y concretas técnicas del Yoga Físico.