Hablamos de Indefensión Aprendida cuando tenemos el falso convencimiento de que, hagamos lo que hagamos, no conseguiremos salir de una situación adversa, de que no poseemos la capacidad para solucionar o para aprender una cosa determinada. Se trata de un estado emocional muy frecuente y, sin embargo, muy desconocido. «No soy capaz de superar mis miedos» o «no valgo para las matemáticas» (o para dibujar, para tocar un instrumento o para aprender un idioma) son ejemplos claros de Indefensión Aprendida. No se trata de una patología, sino de un estado emocional que puede darse incluso en personas con buenos nivelesde confianza en sí mismas. En las aulas encontramos muchos casos de Indefensión Aprendida entre los alumnos con fracaso escolar, pero no son identificados como tales porque actualmente todavía es un fenómeno desconocido por muchos profesionales.