El humor, que desde la parodia, la sátira, la crítica o incluso el azoramiento, permite echar esa "otra mirada" sobre distintos aspectos -no necesariamente risibles- de las conductas y costumbres humanas, muchas veces estimula el sentimiento de pertenencia a una comunidad y la consustanciación con el propio entorno. Los espacios dedicados al humor tienen una larga tradición en la prensa uruguaya, que ya los cultivaba en el siglo XIX, y han alcanzado -sobre todo en épocas de censura- valor de testimonio y de denuncia. Gestado entonces en el campo periodístico, el humorismo ha llevado en Uruguay una existencia no oficial tras el umbral de la "gran" literatura, y ha sido considerado por el canon tradicional una forma menor o una modalidad literaria marginal que sólo puede ser entendida en el flujo de la cultura popular, a pesar de que muchos escritores "serios" dedicaron al humor una cuota de su labor creativa. Para todos los lectores de espíritu jovial que en esta inflexión entre milenios aún apuestan a este género, este volumen reúne veintiséis cuentos de otros tantos creadores uruguayos, pertenecientes a generaciones y estéticas diferentes: Julio César Castro, Mario Levrero, Mauricio Rosencof, Leo Maslíah, Mario Benedetti... El resultado constituye una muestra posible del fenómeno que tuvo su época de oro entre los años cuarenta y setenta y que, quizá como testimonio de estos tiempos posmodernos, sólo pervive en escasas aunque paradigmáticas excepciones.