Estas páginas son una obra inacabada o mejor aún una historia con final abierto, cambiante y sorprendente. Existe porque, henchido de lecturas y conversaciones con expertos, terapeutas, maestros y demás especialistas, he dado en dedicar un tiempo de mi quehacer literario en otros ámbitos a poner voz a una historia, su historia; la de Diana. Mi hija no tiene autismo sino que el autismo la tiene a ella y algún día la soltará para dejarla volar libre de esa atadura pero ¿será Diana? Claro que sí. El autismo abraza a los niños: a unos con brazos débiles a otros más musculosos y los aferra porque se los quiere quedar ¡el muy egoísta! Con este libro aprendí a no decir que Diana «es autista» porque mi hija es muchas cosas más. Los episodios, reflexiones, los personajes, el columpio es decir, las páginas que tiene el lector entre sus manos existen gracias a Diana, la verdadera autora de esta obra.