Cuando se hace vox populi la invasión de tordos, el Negro Vílchez trae un gavilán. La incorporación de este animal a nuestra vida sigue la lógica de las soluciones que encontramos acá en La Suprema. Siempre vamos de mal en peor. Metida de prepoen la lucha por el poder, Vero se juega por los ideales. Aunque impliquen acompañar las reformas delirantes del heredero menos pensado, contra el directorio y el sindicato.
"La Vida Láctea es un relato intimista y pone bajo la lupa la clase de personajes que pululan dentro de una empresa. Desde el buchón a las arpías, la vida sindical, los compañeros de puesto, aquellos que pueden llegar a ganarse el título de amigos. O capaz, amantes o novios. Un desfile de personajes que harán todo por salvarse y salir bien parados cuando las cartas vengan mal dadas. O mal repartidas, claro". (Nicolás Ferraro, blog Evaristo Cultural).