El deseo recorre nuestras vidas y las abreva como el río Sinú abreva la llanura.Atravesando el departamento colombiano de Córdoba, su impulso salvaje lentamente se calma al encontrar la tierra que le espera Sólo el amor es fecundo.El curso del río, estirando en su movimiento suave cada segundo hasta el infinito, aniquila finalmente el dictado insoportable de todos nuestros relojes.En sus orillas reina una percepción diferente de nuestra propia vida ellas son el dominio de los sueños.Y los sueños, las traviesas golondrinas, los transportan por toda la tierra.Las palabras de este poemario no quieren más que ser un homenaje.Un homenaje humilde al orgullo de las almas . También a la belleza infinita de las miradas y de las sonrisas de esta tierra de ensueño.El homenaje de un extraño, agarrado por el corazón al otro extremo de la tierra.