Obra de teatro en su origen, y luego comedia musical estrenada en Francia, escrita y dirigida por Alfredo Arias, El Tigre llega a la novela gráfica de la mano de José Cuneo. Desopilante, a menudo genial, es una declaración de amor al cine de oro de Hollywood. También es su parodia, su celebración travestida. Por sobre todo, es una inesperada maravilla.