«Este está vivo, gritan, todavía respira. Y al instante, pac. La cara empieza a doler, como si me hubiera dado un jetazo contra una columna. Quiero pedir piedad pero no puedo, tengo la boca llena de sangre.» Buenos Aires, 1956. Un crimen atroz empuja a un escritor de ficciones policiales a convertirse en detective. Esa decisión acaba con la vida que llevaba hasta entonces: lo vuelve fugitivo, lo entrega a los brazos de un romance prohibido, cuestiona todo lo que creía y lo pone cara a cara con la muerte. Por primera vez. Las fronteras entre la ficción y la realidad se le desdibujan, como ocurre en este libro. Porque ese crimen terrible existió. Y el e scritor-detective, también. En 1956 tenía veintinueve años y se hacía llamar Rodolfo J. Walsh. En El negro corazón del crimen, Marcelo Figueras reconstruye esos meses de investigación durante los cuales se gesta el libro más emblemático de Walsh: Operación masacre. Pero también narra la transformación de ese joven en el Rodolfo Walsh que hoy conocemos: el escritor comprometido con su tiempo, con la política entendida como defensa del más débil y oprimido, y con el periodismo que cuenta lo que no todos quieren escuchar y saber.