Ágata y Esmeralda habitan fincas colindantes en las afueras de una ciudad, no determinada, del norte de España. La primera, con su marido, su hijo y el personal de servicio. Y la segunda, con la sola compañía de su hijo de siete años. A pesar de vivir tan próximas la una de la otra durante años, aún no han tenido ocasión de conocerse, debido principalmente a las insalvables diferencias en su manera de vivir y de pensar. Hasta que un pequeño contratiempo doméstico las hará entrar en contacto. E inmediatamente después, un hecho inquietante las llevará a vivir una intrigante aventura, cuyo final será el más lógico, ya que no el más esperado.