La atracción de los opuestos no es una anomalía, es la vida misma. Así lo demuestran Marcos y Susana, los dos hermanos del título, polos magnéticos que no tienen más remedio que estar juntos, que no pueden evitarse aunque quieran, que se tienen el uno al otro, y nada más. Con viñetas de una cotidianidad desarmante, Sergio Dubcovsky logra el perfecto relato agridulce, ese que pasa de la intimidad de una alcoba a la decadencia de una clase social con naturalidad y gracia, el cuento melancólico y orgulloso de dos solitarios que encontraron en el cine, de la mano del director Daniel Burman y en las figuras de Antonio Gasalla y Graciela Borges, la más cabal de las traducciones.