Nadie nos enseñó a despedirnos de donde nuncaquisimos irnos.Quizás por eso, ahora la mayoría de nosotrostenemos miedo de decir te quiero, de decir:quédate cinco minutos más; por si nos toca irnos denuevo.Pero llegan personas para enseñarnos la magia delas primeras veces y para hacernos ver que, aunquepasen los años, el corazón sigue vibrando. Y si siguevibrando es por algo.Personas que se adentran en ti y arrasan como untsunami. Y toca recomponernos tras la catástrofe.Aun así, seguimos abriendo puerta tras puerta, sinmiedo a que duela, sin miedo a un no por respuesta.Y esa es la magia, saber que, aunque las personasse vayan, siempre quedará una parte de ellos dentrode nosotros.Siempre.