Más allá de las leyes escritas, harto lo hemos experimentado, existen otras, más altas, no escritas; y sabemos; que la justicia se refleja aunque variadamente en todas las leyes, pero no se agota en ninguna; por lo que sólo ella puede, en grandes horas decisivas, imponer como deber y sacrificio supremo la quebrazón y la transgresión del orden jurídico positivo, cuando éste se halle irreparablemente corrompido, para que con nueva ordenación prosiga y se perfeccione el proceso verificador y reivindicador de la justicia misma, que tiene la historia por teatro y por fuente inagotable el espíritu humano.GIORGIO DEL VECCHIO