En un país sin nombre, y en un momento indeterminado del futuro, la principal corporación mediática, que tiene su sede en un rascacielos icónico, recibe una amenaza de bomba. En aquel edificio se publican docenas de periódicos y revistas dirigidos a anestesiar a una sociedad post-apocalíptica y totalitaria, donde la intimidad y la disidencia están perseguidas. La amenaza obliga al desalojo del edificio y al paro absoluto, lo que provoca pérdidas millonarias, pero el sistema no permitirá, bajo ningún concepto, el menor indicio de terrorismo.