Cuando caminas por la vida pensando que siempre va a ser igual y que el amanecer te da un nuevo día para hacer actividades de rutina diaria en el trabajo, en la casa, en tu área personal con tus hijos y estás en los momentos mejores de tu vida, y ves que todo está a tu favor y sonríes en todo momento porque todo está bien... Y un día la vida te transforma cuando te sucede algo trágico que te tumba al grado de querer morir antes de seguir viviendo así. Y tienes que resurgir por medio de la fe y activar esa chispa divina integrada en ti.  En esta historia cuento mi caso que fue diagnosticado como síndrome Guillain-Barré  (GBS por sus siglas en inglés) donde por medio de unas VACUNAS que recibí dañaron mi sistema nervioso al grado de quedar paralizada de los pies a la cabeza; quedé sin poder mover mi cuerpo y estuve postrada en una cama de hospital por meses. Uno de los doctores especialistas señaló que no volvería a caminar y la segunda opinión de otro especialista dijo que quedaría en silla de ruedas y que las posibilidades de volver a caminar serían aproximadamente de dos años solo a base de terapias y medicamentos. Al quinto mes yo estaba caminando y en esta historia te relato cómo fue el día a día que me llevó a creer que me levantaría y caminaría pero tenía que transformar mi interior antes que el exterior.