La Primera Guerra Mundial, que comenzó en 1914 y concluyó en 1918, marcó un momento bisagra en Occidente. El fin de una era y el comienzo de otra. Una civilización frustrada había renunciado a sus valores fundantes, cayendo en un pesimísmo de distintos matices ideológicos. Pero dos veteranos de dicho conflicto bélico: J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis, hicieron de su experiencia en batalla, una oportunidad para redescubrir la fe, la amistad y el heroísmo. Y fue así que supieron hacer de sus obras literarias un refugio para millones de almas.No solo condenaron en sus textos la oscuridad reinante de su época. También se convirtieron en faros de luz y esperanza de numerosas generaciones; a través de la transmisión de valores universales y de una belleza radiante que rápidamente los transformaron en autores clásicos.