Un día el caracol Bú se aburrió de su casita, la dejó sobre una piedra y se fue a pasear muy suelto de cuerpo... Ese mismo día la tía Sidonia perdió su dedal en el jardín y se puso a buscarlo. Como no podía ser de otra manera, los dos caminos se encontraron y el resultado fue un cambio provechoso: Bú tuvo de nuevo su casita y Sidonia su dedal.