Para responder a la pregunta que da título al trabajo, los dos economistas parten de la convicción de que, pase a todas las dificultades, la historia comparada es posible y lo llevan a cabo combinando una serie de variables como la geografía económica, la geografía política y la historia de las instituciones. Estas variables, más desfases temporales y hasta hechos fortuitos son narrados en esta historia que explica cómo las similitudes iniciales entre los dos países se fueron borroneando con el tiempo hasta convertir a Australia en la contracara exitosa de la Argentina y son también las que les permiten a los autores ensayar la hipótesis de que la divergencia está llegando a su fin y que es posible una nueva convergencia. Examinar las diferencias implica siempre un registro previo de las similitudes. Para ello, este ensayo construye un país imaginario con algunos elementos presentes en Argentina y en Australia: ubicado en el hemisferio sur, alejado de los centros de poder, con población escasa y abundante tierra fértil, generador de empleo en actividades que no exportan y donde se exportan materias primas; Un país, en pocas palabras, donde impera un conflicto distributivo que bajo ciertas circunstancias históricas puede oponer equidad y crecimiento. A partir de este modelo ideal el trabajo señala las diferentes maneras en que estos países procesaron el conflicto distributivo que las atraviesa.