En los años setenta, una decidida y entusiasta generación de jóvenes se sumó a la militancia política. La epopeya guevarista, el compromiso cristiano, la resistencia peronista o el "aire de la época" fueron los alicientes para motivar esa actitud. La autora fue una de esas adolescentes asumida militante, que pasó por la inicial UES para derivar en la lucha armada y un posterior exilio interno. El suyo es un testimonio de vida cargado de ilusiones y dolor y con reflexiones sobre esos años, la organización a la que perteneció y el peronismo. Adriana Robles vive en Bariloche y ha sido dirigente del gremio docente.