Está amaneciendo y ya se entrevén las costas argelinas. Parece que (*CR*)será un día soleado. España pienso ha quedado ya definitivamente (*CR*)atrás y me cabe la tentación de pensar si, con ese país maravilloso e (*CR*)indigno de sí mismo, habrá quedado atrás mi mala suerte también. ¿Qué (*CR*)nos ha pasado a todos?(*CR*)Anibal Turena, un poeta y pintor de origen francés, deja el inseguro y (*CR*)atormentado Madrid de los últimos días de la República con destino a (*CR*)Buenos Aires. Se sabe que, hasta su desaparición en 1950, publicó (*CR*)varios poemas en la revista Sur, fundada y dirigida por Victoria (*CR*)Ocampo, y se tiene noticia de que había editado en España una novela, (*CR*)El color de la pasión, un ensayo, Las damas de la corte Heian, y que (*CR*)estaba escribiendo otra obra narrativa ambientada en el Japón antiguo.(*CR*)El narrador intenta averiguar qué fue de Anibal Turena, un brillante (*CR*)escritor olvidado por los avatares de la guerra. Según se va (*CR*)entrevistando con quienes lo conocieron o tuvieron relación con su (*CR*)círculo íntimo, van apareciendo cartas y escritos de Turena con los (*CR*)que recompone a retazos el puzle de una vida marcada por el culto a la (*CR*)estética, la sensibilidad artística y los deseos apasionados.(*CR*)Luis Antonio de Villena maneja con especial maestría los hilos de la (*CR*)intriga en "Majestad caída". En una narración de prosa rica, poética y (*CR*)evocadora, esboza un fresco de un fin de época en el que se cruzan las (*CR*)fiestas galantes de un Madrid que avanzaba hacia tiempos oscuros con (*CR*)el de un Buenos Aires que se desvivía entre las cortes intelectuales y (*CR*)los ambientes canallas. Un mundo perdido, de perdedores y de seres (*CR*)exquisitos al borde de la ruina, temas con los que se identifica el (*CR*)autor y ha abordado en obras anteriores. Como dice en el epílogo: Soy (*CR*)un gran duque en el exilio o vltimus romanorum, el último romano (*CR*)¡Quién sabe! Desterrado sí me siento. ¿De dónde? Anibal Turena lo (*CR*)sabrá, sin duda.(*CR*)