Los reyes fueron llamando a los más prestigiosos sabios del reino para preguntarles cuál era para ellos la palabra más bella, la única palabra digna de prestarle sus fonemas a la más hermosa de las princesas.Y sucedió que cada uno de los 48 sabios que allí acudieron dieron 48 respuestas distintas. Unos, los más melómanos, daban prioridad a la sonoridad. Otros optaron por el aspecto gráfico de la palabra escrita, pues pensaban que si aquella niña hacía historia, el nombre tendría que quedar muy bien grabado para siempre en estatuas y placas de piedra. Muchos se inclinaron por vocablos con significados de gran potencia, y otro amplio grupo optó por el exotismo de una palabra extranjeraLibro ilustrado que recopila 48 de las palabras más bellas del mundo. Cada término incluye origen, significado y una ilustración moderna y atractiva a toda página.