Que la llegada de un bebé sólo genera sentimientos nobles es una de las mentiras más grandes de Occidente. Eso que acaba de nacer y pesa más o menos lo mismo que un buen pedazo de vacío es tuyo. ¿Cómo sospechar que una mujer formada, trabajadora, interesada en la política y el devenir de la humanidad, iba a pasar a hablar del pis y de la caca como si se tratara del destino del capitalismo? Hasta tu tío te pregunta si te duelen los pezones, tu suegra te lava las bombachas y tus amigas te miran con piedad. Lo bueno del caso es que se es primeriza una vez en la vida y el curso intensivo de madre no se puede postergar. Guía (inútil) para madres primerizas es el primer antimanual que, valiéndose del humor mordaz de Ingrid Beck y Paula Rodríguez, tira por la borda la versión edulcorada de la maternidad.