Con un lenguaje despreocupado Neila tensa la lengua que lee estos poemas y discurre entre el momento instante de lo dicho. La cotidianeidad en El gesto de alojarse lluvia nos ofrece un hueco, un espacio donde nadie escucha a otro y en donde el silencio delimita el asirse a lo que nos atraviesa; y acaso, lo indefinible del estilo de Neila se roza con lo indefendible de sus evocaciones poéticas que se exhiben sin tapujos, más allá de la norma.Fragmento del prólogoLa editorial