Francisco de Holanda expone en su tratado, que adopta la forma de una serie de diálogos entre el autor y su amigo Blas de Perea, la importancia del retrato en el contexto de la sociedad estamental del Renacimiento, y se sitúa en el centro de la polémica entre los defensores de un tipo de retrato realista, cuyos principales ejemplos proceden de la pintura flamenca de los siglos XV y XVI, y otro más idealizado, el practicado por los pintores italianos, sobre los cuales Holanda destaca a Tiziano. A lo largo de sus páginas, el autor desgrana las partes fundamentales de las que consta un retrato, y da algunas pistas sobre cómo realizarlo con el mayor éxito posible. De este modo, el texto de Holanda se constituyeen el primer referente teórico sobre la retratística, perfectamente imbricado con las teorías preponderantes en la Europa del siglo XVI en general y en Italia en particular, país al que viajó en varias ocasiones y donde se hizo amigo de Miguel Ángel, protagonista de otra de sus obras, el tratado Da pintura antiga. La presente edición, que utiliza la traducción histórica que acometió el pintor miniaturista portugués Manuel Denis en el año 1563, y que en la actualidad se conserva manuscrita en la Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha sido realizada por el reconocido especialista anglosajón John B. Bury, que con este trabajo culmina una trayectoria dedicada particularmente al estudio de Francisco de Holanda.