Un sorprendente y original enfoque histórico y personal, documental y moderno sobre un controvertido y hasta ahora condenado personaje: el excéntrico Calígula. La historia arranca con el asombroso descubrimiento arqueológico en los años 20 de dos enormes barcos romanos inspirados en el culto de los dioses egipcios en el lago Nemi, un pequeño cráter volcánico a treinta kilómetros al sur de Roma, que llevaban diecinueve siglos ocultos. Tras el trabajo de recuperación llevado a cabo por un equipo de arqueólogos, se descubrieron en su interior valiosos fragmentos de mosaico y columnas de mármol procedentes de distintos templos. Pero no fue hasta los años 90 que, gracias a la investigación llevada a cabo por la propia autora de este libro, se tuvo conocimiento de una inscripción hallada en el barco donde podía leerse el nombre de Gaius Caesar Germanicus, más conocido como Calígula. Este fue el descubrimiento que sirvió de inspiración para esta novela, que nos presenta con excelente pluma una nueva, original y sorprendente versión de la vida de este gran personaje, nieto del emperador Augusto y también del desgraciado Marco Antonio (amante de Cleopatra), que pasó a los anales de la historia como un déspota demente que en una ocasión nombró senador a su caballo. Gracias al nuevo enfoque que ofrece la novela, el lector se ve obligado a formularse numerosos e interesantes interrogantes: ¿Quién fue Calígula en realidad? ¿Fue realmente, tal y como ha sido descrito siempre, un joven con aires de grandeza, o tal vez fuera un joven que maduró trágicamente antes de tiempo, traumatizado por los asesinatos de su padre, su madre, su abuela, dos de sus hermanos y tres tíos a causa de una lucha por el poder imperial? ¿Las persecuciones judiciales de los senadores de la aristocracia romana que Calígula llevó a cabo fueron sólo orgías de gran violencia, o fueron en realidad venganzas comprensibles contra aquellos que habían condenado a su madre y a sus hermanos? ¿Fue su amor por la religión y por la cultura egipcia solamente la expresión de un exagerado entusiasmo, o en realidad fue el resultado de un viaje al Este realizado sin permiso de Tiberio y junto a su padre, el famoso general Germánico, a quien además le costó la vida? ¿Por qué Calígula dotó a Roma de tantos monumentos egipcios importantes como el obelisco de San Pedro o el enorme templo de Isis o el misterioso santuario flotante del lago Nemi? ¿Fue un simple joven soñador o deseaba dar a conocer a sus ciudadanos una civilización de 3.000 años de antigüedad y, en muchos, sentidos, muy superior a la suya propia? Y, sobre todo, ¿Cómo pudo un joven y supuestamente loco emperador lograr imponer la paz desde el Mar Negro hasta Siria y Arabia tras varias décadas de guerra?, ¿por qué ningún historiador especializado en el mundo antiguo apenas ha escrito una sola palabra sobre los méritos de este gran emperador? ¿Y si, en realidad, Calígula no fue un verdugo sino una víctima?