A primera vista, Bestiaria es un bestiario, una colección de artículos, descripciones e imágenes que conforman un inventario de estereotipos del mundo femenino. Aquí están las tías solteras, las malas amigas, las vecinas metidas, las ex novias, las compañeras de trabajo y hasta las señoras que entregan el papel higiénico en el baño del Casino. Carolina Aguirre las clasificó según sus rarezas, los métodos que usan para superar una ruptura, los amores imposibles, el contenido de su cartera, la manera de llorar o reír o la relación con su padre. Pero Bestiaria es más que un compendio; también es una excusa para que la autora hable de sí misma, y al hacerlo se refiera a todas las mujeres. Aunque hay quienes insisten en que se trata de un libro escrito para hombres. Algunos de los artículos de Bestiaria nacieron en el blog del mismo nombre, que fue visitado, a lo largo de casi tres años, por más de un millón y medio de lectores. Varios textos se han adaptado y renovado, otros se han perdido en el camino, y hay también muchos nuevos, pero todos mantienen el mismo estilo de siempre: agudo, mordaz, a veces cruel y otras divertido, siempre con un fondo de verdad disimulado por exageraciones, parodias, tergiversaciones. «Este libro carga con la posibilidad de que sea confundido con otro trabajo femenino. ¡Dios no lo permita! ¡Este libro es para nosotros, no es para ellas! Lo ha escrito una mujer con problemas de personalidad, con desorden hormonal, con las rodillas llenas de cascaritas. A este libro lo ha escrito, señores, una varonera.» Hernán Casciari