En la precordillera venezolana vive una de las figuras artísticas más singulares del continente. Reconocida tallista y sanadora, necrófila y performancera, vidente y educadora, en Rafaela Baroni se conjuga la religiosidad popular con la tradición pictórica de vírgenes y santos.Y como ocurre con los grandes artistas, su personalidad parece demasiado simple si se tienen en cuenta los resultados complejos de su actividad. Baroni: un viaje es un relato cuyo objeto resulta a primera vista impreciso: por momentos es la artista, o el arte en general, o Ven ezuela, o las mismas ideas o asociaciones del texto. El tono novelesco se combina sugestivamente con el ensayo, las descripciones asumen una faceta caprichosa y el testimonio alcanza un matiz elegíaco. Como en cada libro de Sergio Chejfec, el pensamiento representado ocupa un lugar central en el desarrollo de la escritura. Y una vez más, sus dudas y disquisiciones, unidas a los seres limítrofes que elige exhibir, son la marca de una literatura muy personal.