A la redacción de un diario llega una misteriosa grabación. Se trata (*CR*)de una entrevista realizada en un sanatorio mental a la que alguien (*CR*)le ha borrado las preguntas, probablemente la entrevistadora, por lo (*CR*)que aquel archivo de voz adquiere los tonos de una confesión. La (*CR*)enigmática voz femenina que queda grabada, un tanto airada y (*CR*)resentida, nos narra su encuentro durante los últimos años del (*CR*)franquismo con un grupo de poderosos sudamericanos que desembarcan en (*CR*)aquella España gris con unos aires mundanos que la deslumbran. Sin (*CR*)embargo, detrás del brillo de aquellos personajes, de su poesía, de (*CR*)sus boleros y de sus maravillosas mujeres, late la muerte. Y la (*CR*)tortura. Algo a lo que no es ajeno el gobierno franquista. Cristina Fallarás nos propone en Así murió el poeta Guadalupe un (*CR*)viaje a lo más abyecto del ser humano disfrazado de grandeza. Un (*CR*)encuentro entre la seducción más voluptuosa y la tortura sistemática. (*CR*)Una novela de intriga, sarcástica y dura, con notables dosis de (*CR*)crítica social, que hurga en los misterios de la personalidad, en su (*CR*)oscuridad. Una oscuridad inquietante que nos terminará revelando cómo (*CR*)murió el poeta Guadalupe.(*CR*)