Existen numerosos libros psicológicos acerca del fenómeno del miedo. Esto ya es una señal de que el tema moviliza en la actualidad a muchas personas. Es el tema que una y otra vez, y últimamente con mayor frecuencia, también surge en las conversaciones que guío. Cuando comencé a ocuparme con mayor intensidad del miedo y de su transformación, noté por primera vez cómo mis interlocutores contaban por sí mismos, de manera frecuente, acerca de ellos y de sus intentos de manejarlos. El tema aparece una y otra vez frente a mí en las más diversas situaciones. Las personas hablan de su miedo al futuro, al desempleo que los amenaza y a no poder enfrentar las cargas financieras del hogar.Este libro no apunta a la terapia clásica, sino a los caminos espirituales para relacionarse con el miedo. En el centro, debe estar aquello que quiero denominar la terapia del miedo de Jesús. Al consultar la Biblia acerca de este tema, encontré conceptos importantes que también son característicos para todas las terapias psicológicas. Pero, al mismo tiempo, vi cada vez con mayor claridad que los textos bíblicos tienen una fuerza propia para transformar el miedo. No pasan por encima de él, sino que lo admiten: nos invitan a observarlo y soportarlo, y a incorporarlo en el encuentro con Dios.