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Tapa del libro A UNA HORA INCIERTA

A UNA HORA INCIERTA

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No Disponible No disponible

Autor: LEVI, PRIMO

Origen: España

Editorial: LA POESIA SEÑOR HIDALGO

ISBN: 8495976315

Origen: España

$ 2300.00 Icono bolsa

2.30 U$S 2.56

Se publica la poesía de Primo Levi en edición bilingüe ( 'A una hora incierta', editorial La Poesía, señor hidalgo). El químico italiano y judío (1919-1987) empezó a escribir poesía nada más salir de Auschwitz y dejó de escribirla tres meses antes de su muerte. Como se sabe, decidió acabar sus días tirándose por el hueco de la escalera, cuando parecía que todo empezaba a ir bien (aunque un poco tarde, ya) y los rostros de los muertos habían dejado de presentarse en sueños. También veía en ellos el cartel de entrada al Lager , como una advertencia de que el ciclo de reclusión y salida del horror es permanente. Pero no todo debía de ir tan bien. En los últimos días leía a Eliot y citaba a menudo 'El entierro de los muertos'. El rostro de su madre, que aún vivía, se deformaba en una máscara que le recordaba a las víctimas del campo de exterminio. Y siempre había dicho que abril era el mes más cruel (se mató en abril). El ama de llaves le entregó la correspondencia y un rato después lo encontró estrellado en el suelo.


Los que le conocían sospecharon de esa muerte. Pero no hay ningún misterio en ello. Una oleada melancólica se lo llevó en volandas, tras haberse tomado un respiro para volver con más fuerza. La melancolía procede de una pérdida irreparable , así que no hay olvido. El olvido es de temer. Cuando el dolor descansa, su regreso es insoportable. Y siempre vuelve. Las enfermedades del alma se curan, sí, pero la cura dura toda la vida.

Adorno dijo aquello de que después de Auschwitz nadie podría escribir poesía. Adorno tenía un concepto de la poesía algo romo y medianamente lírico. La poesía siempre fue algo más que una cantinela de corazones floridos. Lo que resultó difícil fue escribir en general, porque, como señaló Levi , "nuestro lenguaje no cuenta con suficientes palabras para expresar la ofensa que hemos recibido, la destrucción del hombre". Y ni siquiera es que hubiese pocas palabras. El problema era de la palabra como tal.

A partir del Holocausto y demás horrores, que dejaron cien millones de muertos por aquí y por allá -todos muy civilizados, por cierto, civilizados hasta la consunción misma- la literatura se dividió entre los que no pudieron olvidar (y se pusieron a inventar la lengua) y los que se quedaron como estaban (y continuaron escribiendo historietas y declarando, por ejemplo, que la novela consiste en escribir historias, cuando todas las historias habían quedado rescindidas por la que acababa de escribir la Historia ). Da igual leer las novelas de Primo Levi que esta poesía: la lengua ya no tiene presunción de inocencia y ha perdido el derecho a llevar armas y a cantar himnos. Claro que se podía escribir después de Auschwitz : a condición de inventar la palabra, como mínimo de pretenderlo. No puede decirse que la condición haya triunfado. El triunfo ha sido para los que olvidan e imitan la memoria con historias de viejo papagayo. Y en los ratos libres hacen proclamas.

"...mira/ de reprimir el asco y el fastidio/ de nuestras dudas y certezas./ Jamás hemos sido tan ricos, sin embargo/ vivimos en medio de monstruos embalsamados,/ de otros monstruos obscenamente vivos./ No te aflijas por los escombros/ ni por el hedor de las descargas: nosotros/ los hemos limpiado con nuestras manos desnudas/ en los años en que teníamos tus años./ Aguanta la carrera, haz tu mejor esfuerzo. Hemos/ peinado la cabellera de los cometas,/ descifrado los secretos de la génesis,/ pisado la arena de la luna,/ construido Auschwitz y destruido Hiroshima./ Ves: no permanecemos inertes./ Resígnate, perplejo;/ no nos llames maestros." (24-06-86, traducción de Jeannette L. Clariond ).

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/12/15/escorpion/1134641043.html

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