A comienzos de mayo de 1945, la Alemania de Hitler había sido derrotada y sus ciudades estaban en ruinas. En las primeras semanas de la ocupación Aliada y tras las muertes de Hitler, Himmler y Goebbels, otros líderes nazis fueron capturados (entre ellos Goering, Ribbentrop y Speer), pero un hombre logró eludir el destino que les esperaba a sus camaradas en Núremberg: Adolf Eichmann, Teniente Coronel (Obersturmbannführer) de las SS nazi, responsable directo de la "solución final", burócrata implacable que le aplicó una lógica de "línea de producción" al traslado de prisioneros a los campos de concentración. Escapando de la custodia del ejército estadounidense en 1946, Eichmann llegó en 1950 (pleno apogeo del peronismo) a la Argentina, donde vivió una década en un estado de clandestinidad extraordinariamente conveniente, desempeñando diversas labores en Buenos Aires. Pero el 11 de mayo de 1960, fue atrapado por un comando del Mossad y prácticamente contrabandeado a Israel, donde enfrentó cargos por crímenes contra la humanidad. Fue encontrado culpable y condenado a morir en la horca, sentencia que se cumplió el 31 de mayo de 1962. En parte investigación pura y dura, en parte thriller de alto voltaje, A la caza de Eichmann revela como nunca antes la historia de quince años de búsqueda del criminal nazi más escurridizo.